Descubre en este artículo si la economía bajo demanda es una estrategia para aumentar el consumo en las economías en vías de desarrollo.
Puede ser muy interesante realizar una reflexión sobre este tema porque ello conllevaría a que con todas esas plataformas tecnológicas que existen en estos momentos, y que sin duda aparecerán, va a ser un catalizador que haga que los mercados sufran una evolución como jamás se ha experimentado en el pasado, tanto en lo relativo a tiempo y nuevas posibilidades, como a bienes y servicios. Sin duda, va a renovar la manera en la que se relacionan los oferentes y los demandantes, abocando a que muchas empresas puedan quedarse por ello fuera del mercado.
La denominada “economía bajo demanda” está creciendo aceleradamente dentro de la economía mundial. Algunos de las empresas que comenzaron ofreciendo un servicio muy puntual o pequeño han ido alcanzando grandes cuotas de mercado, así como aumentado su proceso de internacionalización. Por ejemplo, la compañía de alquileres turísticos Airbnb registró 9,1 millones de huéspedes en Iberoamérica durante el año 2017.
Los resultados obtenidos generan un gran optimismo tanto para la empresa como para este modelo económico, debido a que representa un aumento del 120 por ciento los arrendamientos respecto a 2016. No en vano el modelo ha sido fructífero para otras firmas que ofrecen un servicio similar, es el caso de la francesa Daysk, dedicada a la búsqueda y alquiler puntual de oficinas en Europa.
No se trata de casos puntuales. Uber logró en el primer trimestre de 2018 un beneficio neto de 2500 millones de dólares, un 70 por ciento más. Es importante recordar que los ingresos por viajes realizados se incrementaron un 55 por ciento interanual, hasta alcanzar los 11 300 millones de dólares durante el mismo período. En este sentido, se percibe que las firmas líderes en captar el concepto de “economía bajo demanda” están registrado unos buenos resultados financieros.
Su competencia en el transporte urbano, Cabify, ha sumado 240 millones de dólares en distintas operaciones a lo largo de los años desde su creación en 2011. Para comprender la evolución de la empresa hay que ver su acelerado crecimiento, ese que le permitió cerrar 2013 con unos ingresos valorados en 364 000 euros, cifra que ascendió hasta los 1,9 millones de euros un año después y que estuvieron cerca de triplicarse en 2015, al llegar a los 5,4 millones de euros.
El modelo planteado no solo ha permitido que las firmas crezcan a un paso agigantado, sino que también puedan ir tomando el control de los diversos sectores. Ese fue el caso de Blablacar, empresa que compró a dos de sus competidores directos: Carpooling y AutoHop. Una medida que, para el momento, le garantizaba la presencia en 18 países y más de 20 millones de usuarios.
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